CARTA ABIERTA A “LOS ABUELOS”

Por

Sonica Raileanu

 

Quiero compartir, quiero haceros llegar desde lo más profundo de mi corazón un sentimiento: tenéis todo el derecho del mundo a vivir, entre otras razones porque el mundo en el que vivimos lo habéis construido vosotros.

Y por esto os escribo con un mensaje lleno de respeto y admiración por vuestra lucha. También porque me siento muy cerca de vosotros. Tengo 53 años, toda una vida por delante, también vivida, en la que tengo muchas cosas que hacer, muchos sueños que cumplir, mucho amor que dar.

Y además soy abuela, abuela de una pareja, niño y niña, que me hacen temblar cada vez que les abrazo. ¿Qué puedo deciros que no sintáis vosotros mismos?

Pero también estoy preocupada. Aunque todavía estoy muy lejos de la jubilación, ya resulta inevitable no solo pensar en ella, sino intercambiar opiniones con los que ya la viven, o están a punto de vivirla.

Y aquí viene la preocupación, porque, para mi sorpresa,  la mayoría de los casos de abuelos con lo que tengo la oportunidad de hablar, todo su futuro está enfocado a disfrutar de sus nietos. Punto.

Claro que este objetivo es maravilloso, también lo comparto, pero ¿no hay vida más allá de los nietos?, realmente si pudiesen opinar ¿es esto lo que nos recomendarían?

Si, algunos tienen previsto realizar algún viaje programado para jubilados, y algunos disfrutan de estos, ¿y?, ¿no hay más?

Sinceramente no es este el futuro que yo quiero para mí. Claro, por supuesto, que mis nietos ocuparan un primer lugar, lo deseo de todo corazón, aunque me temo que por la edad cuando llegue el momento ellos querrán volar solos. Es la vida.

Pero aun así, ¿es justo que nos pasemos toda la vida ahorrando para la jubilación, y cuando llega esta no tenemos nada que hacer?, ¿Qué pasa con nuestra experiencia?, ¿Qué pasa con la sabiduría acumulada a lo largo de los años?, ¿Qué ocurre con nuestras vidas?, nos pasamos la vida esperando este momento de la jubilación, y de pronto viene una pandemia como la del COVI y todo se va al garete.

No es que la vida sea injusta, es que nosotros no estamos programados para la jubilación, no tenemos conciencia de que en el momento de que esta llega, empezamos a vivir una nueva etapa, lo que casi significa reinventarnos.

Sinceramente siento que con nuestra jubilación ha llegado el momento de disfrutar, de vivir, de experimentar nuevas formas de viajar, de conocer mundo, incluso con nuestros nietos (todavía tengo en mi mente los días transcurridos en un crucero con mis nietos el pasado año), de hacer todo aquello que a lo largo de nuestra vida laboral no pudimos hacer.

Creo que la edad de la jubilación es la edad de la sabiduría, lo que significa que es la edad de empezar a vivir plenamente, de empezar a disfrutar sin más limitación que la que nosotros mismos nos autoimpongamos, es la edad en la que debemos rejuvenecer con nuevos sueños, recuperando las ilusiones del pasado, sin la esclavitud de un trabajo que forzosamente te condicionaba.

No me estoy quejando del pasado, y mucho menos del presente, al que no le puedo pedir más de que lo ya me está dando, pero si me preocupa un futuro de jubilación sin más aliciente que el de disfrutar de nuestros seres queridos, que es mucho, claro que sí, pero insuficiente. Porque es el momento de disfrutar de nosotros mismos.

Y no me vengas con limitaciones, hoy estas solo están en tu mente, ahora es el momento de actuar, de ser valientes y preguntarnos ¿Qué podemos hacer?, hoy hay muchas salidas a esta pregunta, la única que no es válida es seguir esperando a que todo cambie, probablemente es lo que hemos hecho a lo largo de nuestra vida y no ha funcionado, ¿ o sí?, ponte las pilas, ha llegado el momento de la acción, ese momento que llevas, probablemente toda la vida esperando, empieza por una simple pregunta: ¿Qué puedo hacer?, seguida de acción: contacta conmigo y compartiré contigo la respuesta que yo me di.

Eso sí, empieza a ser la persona que siempre has querido ser. Contacta conmigo y te hablare de la respuesta que ha cambiado mi vida.

 

Con gratitud,

Sonica Raileanu