VIVIR LA VIDA
Por
SONIA RAILEANU
Con mucha frecuencia observo la extrañeza de algunos amigos y conocidos en relación a la pasión que me produce mi trabajo, la mayoría de las veces esta actitud se refleja en su comportamiento, pero hay otras, en los más sinceros que no dejan de preguntarme: Sonia, ¿Por qué tanto entusiasmo?, en definitiva lo que haces es vender asociarse a un club de vacaciones a través de los cruceros, bueno, no decimos que no sea un trabajo agradable, pero de eso a despertar tanta pasión en ti, es difícil de entender.
Yo les entiendo, comprendo que se sorprendan de que una actividad profesional tan simple genere tanta pasión, pero es que reducir mi actividad a la venta de ser socios de un club, está totalmente lejos de la realidad. No en términos simples, realmente lo que hacemos en InCruises es comercializar la integración en un club de cruceros, pero hacemos más, mucho más y es imposible comprender mi pasión, sin comprender el sentido de lo que hago.
En primer lugar déjame que comparta contigo lo que significa la palabra “crucero”. No se trata de unas vacaciones cualquiera, y no solo porque esas transcurran en un clima de auténtico lujo, sino por lo que conllevan en si mismas.
Primero convivir con la familia, convivir con amigos, y hacer amigos. Tenemos que volver a crear una sociedad en la que las relaciones sean la base de la confianza, nos hemos olvidado de convivir, de compartir, de crear visiones del mundo conjuntas, de sentir de forma colectiva.
La insolidaridad, la soledad, la apatía y el entrar en una espiral de desánimo y desmoralización es la consecuencia. La convivencia nos da fuerza, energía y empuje. La convivencia en los cruceros es uno de sus ejes centrales.
Nos divertimos y compartimos la diversión.
Pero hay otro aspecto de los cruceros que no deja de ser menos importante: conocer mundo. Escuché hace años una conferencia, de José Luis Briones, en la que se afirmaba que el Renacimiento fue la consecuencia directa de la ruptura de fronteras que suponían los viajes, en una época en que lo más lejos que te distanciabas de tu pueblo eran cincuenta kilómetros. Estos viajeros del Renacimiento traían nuevas costumbres, no solo nuevos productos, nuevas formas de entender la vida, sino una nueva visión de la realidad, que hacia abrir los ojos a los habitantes de estos pueblos perdidos.
Viajar siempre ha sido la forma de romper nuestras limitaciones mentales, descubrir nuevos mundos, nuevas costumbres, nuevas ideas y nuevas formas de vivir, nos permite ampliar nuestras mentes, y en consecuencia nuestra visión de la vida.
Viajar, conocer mundo es el elemento básico para ser progresista. Viajar, conocer mundo, es la base de nuestra libertad, porque al conocer otras formas de vivir, tenemos la posibilidad de decidir cuál debe ser la nuestra.
Soy consciente de que profundizar en estos significados es complejo, no reprocho a mis amigos su incomprensión hacia mi pasión, todo lo contrario, les invito a participar en estas actividades que no solo nos relajan, nos distraen, nos permiten convivir, sino que además nos engrandecen.
Y si además te permite hacerlo sin tener que preocuparte de nada en absoluto y, en muchos casos, casi gratis, ¿Qué más puedes pedir?
Pero es que mi pasión por mi actividad profesional, transciende los cruceros, que ya es difícil, pero es así.
Junto a los cruceros, hay otro factor que me apasiona: el network marketing.
Soy consciente de los abusos que han existido, y existen, en relación a esta industria. El principal problema es que apenas tiene barreras de entrada para ejercer la actividad dentro de la misma, de hecho cualquier persona con una mínima voluntad de triunfo puede ser un empresario del sector, en el que aparecen millonarios con mucha frecuencia.
Bueno, esta podría ser otra razón para mi entusiasmo: ganar dinero viajando y conviviendo con amigos, no deja de ser muy atractivo, pero insisto: hay algo más.
El network marketing es la única actividad profesional que yo he ejercido, y hay varias, en las que me he sentido totalmente libre, es la única en la que la relación entre esfuerzo y resultados es totalmente beneficiosa hacia mí, y por si fuera poca: es la única en la que los valores como la confianza, la solidaridad y el apoyo, son la base de los resultados.
Vivir el network marketing, es vivir y trabajar en equipo, y sentir que tienes el control de tu vida, es ejercer tu liderazgo desde el principio, sin tener que estas sometida a una dirección, que en la mayoría de las veces su único mérito para dirigir es haber llegado antes que tú.
Trabajar en el network marketing, es además un desafío al pensamiento convencional, un reto a lo “siempre se ha hecho así”, a la mentalidad de escasez, que entiende que tus sueños, tus derechos, tu tiempo no son de tu propiedad.
Cuando trabajo en el network marketing, siento que estoy construyendo un mundo nuevo, cuando viajo en los cruceros de InCruises siento que estoy siendo libre.
“Un hombre pobre no es uno sin dinero. Un hombre pobre es aquel que no tiene sueños. ”- Henry Ford.
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